Josemi nos pidió dos tareas diferentes; una que hiciésemos una línea del tiempo y la otra que hiciésemos un mural explicando el tipo de profesoras que queremos ser. Tras haber hablado con él, comprendí que se trataba de un solo ejercicio, ya que si analizamos los fracasos escolares de cada persona, éstos nos ayudaran a entender lo que está mal en la educación e intentar cambiarlo como profesoras que seremos. Es por eso por lo que yo he hecho una redacción abarcando lo siguiente:
Habiendo hecho un viaje a mi pasado, me he dado cuenta de que yo como profesora, podría cambiar muchas cosas que considero que deberían de ser cambiadas en esta generación ya modernizada. Para ello, ya que la asignatura trata sobre las TIC en los centros escolares y hemos analizado el tema del género, he decidido ir año tras año analizando mi educación al respecto:
Lo primero que me ha llamado la atención, ha sido la educación que desde pequeños nos ha inculcado la separación de sexos. Por ejemplo, en E.I., todos los niños estábamos obligados a ir con “mantala” a la ikastola, pero lo impactante es que una simple “mantala” crea la división, los niños la llevaban azul y las niñas rosa. ¿Son unos simples colores? ¿O significan algo más? En mi opinión, los colores no marcan mucha diferencia, pero al tratarse del rosa y el azul sí, ya que la sociedad los ha adjudicado a cada sexo. ¿Hay algo que yo como profesora pueda hacer? En mi opinión, si la elección de colores es libre, no hay mucho que podamos hacer, ya que los padres son quienes eligen el color de las batas de sus hijos, y son libres de elegir el color que más les guste. Pero como profesoras sí que podríamos hacer la propuesta de que todas las batas sean del mismo color, o ¿por qué no mezclar colores en una misma bata para que haya más variedad de colores?
Otro de mis recuerdos es la separación de los inodoros. En mi ikastola teníamos en un cuarto de baño 7 inodoros, pero lo raro es que algunos eran los de chica (porque tenían la forma de orinal) y otros eran de chico (los clásicos). ¿Y esto por qué? Sinceramente es algo que nunca lo he entendido. Si algún niño quería hacer sus necesidades sentado, ¿por qué no las va poder hacer en un váter que tiene la forma de tu cuerpo siendo más cómodo? Lo único que se me ocurre es que de esta manera, al niño se le enseña que tienen que hacer pis de pie y como son pequeños y no saben apuntar, son diferentes a los de las chicas para que estas no se mojen al sentarse. Pero si es así, ¿Por qué no los hacen todos iguales pero con tapa para que aprendan desde pequeños a que tienen que levantarla para no mojar la tapa en la que se sientan? Es algo que nunca he entendido. Seguramente, no tendrá mayor importancia, pero creo que es algo en lo que habría que poner atención. Y finalmente, aunque yo no recuerdo como fue en mi infancia, me gustaría cambiar algo que puede observar durante mis prácticas. En el cole al que fui, las clases estaban divididas en “txokoak”, y una de ellas, se llamaba “etxe txokoa”; en esta había todo tipo de objetos, desde fruta para simular comidas, hasta una cama. Por lo que pude observar, no solo lo usaban mayormente las chicas sino que seguían los roles estereotipados por la sociedad: ellas cocinaban, planchaban, y cuidaban de las muñecas; y ellos en cambio se sentaban en la mesa a pedir comida. Como profesora que voy a ser, me gustaría poner el “etxe txokoa” como un “txoko”, no solo al que todos los niños/as tendrán acudir sino que cada uno tendrá rol para que puedan experimentar los diferentes quehaceres de la casa. De esa manera, intentaré no asociar los roles estereotipados al género, y si en algún momento un niño o niña dijese que lo que está haciendo pertenece al deber del otro sexo, intentaría abrir un debate para que buscasen el porqué y se diesen cuenta de que son actividades sin género.
Adentrándonos en la E. P. las diferencia entre sexos se van haciendo cada vez más notables y la tecnología va entrando en nuestras vidas. En las horas de clase, no recuerdo que hubiese ningún tipo de división de género pero lo que sí recuerdo es que en el patio jugábamos todos juntos a capar, pin-pong, gogos y demás, dependiendo de la moda, pero eso fue cambiando con el tiempo. Algunas niñas, empezamos a jugar a la goma o a la comba mientras que los chicos jugaban o a baloncesto o a fútbol. Esto es algo que se ve muy a menudo, pero no creo que sea algo malo, ya que cada uno tenemos nuestros gustos, y tenemos la libertad de elegir el deporte o el juego que nos guste. Lo que si haría como profesora, seria organizar algún juego un día de la semana, por ejemplo: todos los viernes, se propondría un juego (a capar, pañuelito, bomba, futbol, etc.) y los niños que quisiesen podrían participar en este, sin obligar a nadie a jugar. Con esto no quiero hacer referencia al género, es decir, no lo haría por reunir a los chicos y a las chicas, sino que lo haría por el simple hecho de que pasen un rato divertido todos los de clase juntos.
Respecto a la tecnología en cambio, no hubiese cambiado nada, ya que fue una época en la que aprendí mucho. A partir de 4º, empezamos a utilizar la sala de ordenadores y ahí utilizábamos diferentes tipos de programas: un juego para aprender matemáticas (que me encantaba), participamos en un programa llamado “kutxa ibiltaria” que consistía en ponerte en contacto con estudiantes de otro colegio mediante chat para luego conocernos en persona, y también buscábamos información de diferentes cosas (según la asignatura). La verdad es que siempre lo utilizábamos con un fin educativo, y considero que me fue muy útil; por lo que como profesora, apoyaría el uso de la sala de ordenadores.
Tras primaria, me cambie de colegio a La Zurriola y aquí la separación entre sexos todavía era más visible. Puede que fuese casualidad, pero a la hora de pedir la entrega de los deberes, siempre les pedían a más chicos que a chicas. En mi clase es cierto que la mayoría de los chicos no hacían los trabajos y sacaban malas notas, ¿pero es esa razón suficiente para pedir la muestra de los trabajos a los chicos? ¿Es justo que a los chicos este comportamiento les parezca ofensivo? La verdad es que una vez tienes calado a alguien, es muy difícil evitar el fijarte en esa persona, pero al igual que los favoritismos no están bien vistos, esto tampoco debería de estarlo. Por lo que está también sería una de las cosas que tendría en cuenta a la hora de ser profesora; todos, ninguno, o al azar.
Respecto a la tecnología, esta fue una etapa llena de formación tecnológica. Aquí pude aprender a usas los programas: Excel, Word, Photoshop, etc. Esto me pareció y me parece muy útil ya que son programas que se usan con mucha frecuencia para la entrega de cualquier trabajo o en el trabajo mismo. Al contrario de estos, llego el curso en el que dimos mecanografía. Esto me parece primordial ya que tener la facilidad del manejo del teclado es muy útil en cualquier ámbito pero podría clasificarlo como uno de mis mayores fracasos. Supongo que al momento no valoraba su importancia y intentaba mirar las teclas para hacer los ejercicios más rápido y terminar antes, pero ahora que hago todos los trabajos a ordenador, echo en falta el saber escribir con facilidad.
Como conclusión me gustaría decir que antes de empezar a escribir, no me parecía que hubiese ninguna separación entre géneros. Pero una vez que he hecho memoria, me he dado cuenta, de que en las cosas más insignificantes se da esta separación. Así que intentaré luchar por la igualdad y fomentaré el uso de la tecnología con el fin educativo ya que esto ayuda mucho en la educación y te abre muchas puertas en el ámbito del trabajo.
Pero no quiero concluir con mi reflexión sin nombrar lo siguiente: he querido centrarme en el ámbito tecnológico y en la igualdad de sexo, pero ya que la pregunta es “¿Qué tipo de profesora quieres ser?” no puedo acabar sin decir que ¡yo voy a ayudar a crear personas!. La educación de hoy en día, corta muchas alas, y hacemos de personas, robots programados. Es cierto que a la hora de buscar trabajo, lo que cuenta es tener un buen expediente, pero hay muchas formas de conseguirlo. Es por eso que yo voy a intentar luchar por una educación experimental en la que la creatividad sea el plato principal por lo que todo tipo de inteligencia cuenta. Si no, ¿para qué sirve que seamos físicamente diferentes si todos somos iguales? ¡Luchemos por una educación inclusiva y creativa!
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